Discusión:¡Buen viaje, Gaile!
Parte del diálogo entre la rana y el conejo
La Rana: La Rana se ha puesto colorada de vergüenza, pero también muy contenta por esta sorpresa.
La Rana: Sin embargo para la raza amfibia este es Año Bisiesto, y según nuestra raza en él hay que decidir si uno se queda donde está o si se va brincando a otra charca.
El Conejo: ¡Está claro que todo el mundo os quiere mucho, pero no dejaremos que nos inunde la tristeza al veros marchar hoy!
El Conejo: ¡Tenemos que celebrar los buenos momentos que hemos tenido juntos! Rana, ¿Qué te parece formar una conga para que todo el mundo se vaya animando?
La Rana: La Rana teme que, por culpa de sus viejas membranas anfibias, no pueda bailar una conga como es debido: está más acostumbrada a brincar entre las sombras. Pero hará lo que pueda.
El Conejo:¡Venga, todo el mundo! ¡Animad un poco la fiesta a Gaile y la Rana!¡Usad algunos objetos festivos, comed, bebed, divertíos!
El Conejo: Esta fiesta marcha, pero creo que falta algo.
La Rana: La Rana está impresionada con el talento musical y de baile que tienen los humanos.
El Conejo: Odio tener que hacer esto en tu fiesta de despedida, Rana… pero creo que ya es hora de que pagues tus deudas del póquer.
La Rana: La Rana esperaba que se te hubiese olvidado. ¡Sobre todo porque la Rana no cree que esa “deuda” sea legítima en realidad!
El Conejo: Sí, Rana, ya sé que tienes dudas acerca de mi honestidad jugando a las cartas.
La Rana: ¡La Rana llama tramposo al Conejo! Porque a ver, ¿quién de entre nosotros, ya sea humano o animal, es capaz de sacar una escalera de color en una sola mano?¿Y tres veces seguidas?
El Conejo: Bueno, ¿qué esperas cuando juegas contra alguien con cuatro patas de la suerte?
La Rana: *mmmm* ¡Esa suerte no la tiene ni Dwayna, ni Balthazar ni ninguno de los dioses! La Rana sospecha trampas… pero, ay, no lo puede demostrar.
El Conejo: Bueno. Rana, aún me debes una última actuación. Dado que igual no te vuelvo a ver en mucho tiempo, creo que es mejor que me pagues ahora la deuda.
La Rana: La Rana esperaba que esta humillación no saliese de nuestro grupo de póquer, pero el Conejo no nos ha dejado con otra elección, ya que la Rana no estará aquí para la siguiente partida.
El Conejo: ¡De acuerdo, de acuerdo! Ya sé que te gusta dar brincos, así que no te voy a pedir un solo. ¿Qué te parece si hacemos un dueto? Considéralo como mi regalo de despedida.
El Conejo: Vamos, Rana, dar brincos es algo que los dos hacemos, así que ¿qué mejor que una rana y un conejo para enseñar a los humanos nuestro “hip hop”?
La Rana: La Rana no puede negar la sabiduría del Conejo, pero le gustaría disculparse de antemano por lo que los humanos estáis a punto de presenciar.
El Conejo: Venga, Rana. ¡Sólo la parte que compuse para ti!¿La fiesta no puede decaer!